A fuerza de mirar la rugosa noche de julio.
Pasos de baile ensayados por los ratones
en la tímida hierba,
la paciencia de las telarañas
o el temor en las orejas de los conejos
ha descubierto los hilos ocultos que explican
la angustia de las marionetas
y una sonrisa en la cara tiznada del titiritero.
Pero ningún artículo periodístico lleva su firma.
Nadie la verá jamás hablar.
yo sólo ofrezco letras; letras y caos, pero ella, ella es todo remolinos y luz.
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